martes, 26 de mayo de 2020

Del jitomate al rondó “alla turca”

Jitomate para los chilangos y áreas anexas, cosa que más de una vez me ha ocasionado confusiones culinarias con mis interlocutores de otras latitudes, porque la mayor parte de los que hablan español le llaman tomate a esa hortaliza roja, generalmente redonda, jugosa y llena de semillas que prestó su nombre a una forma de organizar el tiempo.
   Se conoce como el método del tomate o pomodoro, por su nombre en italiano, a una forma de realizar actividades en lapsos breves, alrededor de 15 o 20 minutos de trabajo con 5 minutos de descanso. Tiene ese nombre curioso debido a que la persona que lo inventó usaba para medir el tiempo un cronómetro de cocina rojo con la forma de ese vegetal.
  Hace varios años compré un cronómetro de cocina para acompañar mis sesiones mínimas de escritura, me ha servido lo mismo para preparar té y pasta, como para evitar reuniones interminables. Un día llegué a una junta y les dije a mis colegas tenemos una hora para agotar los temas, di vuelta a la parte superior del mecanismo y este acompañó las discusiones con su tic tac. La chicharra sonó cuando afinábamos los últimos detalles.
   Antier mientras revisaba el Facebook, vi el anuncio de un cronómetro de cocina blanco con el busto de Mozart en la parte superior, cuando se cumple el tiempo no suena un timbre estresante, sino el fragmento más conocido del Rondó alla turca. Cuando lo vi, pensé para mi “otra cosa más que no necesito en la vida”; sin embargo el veneno ya estaba inoculado…
  Al día siguiente me senté a escribir como siempre en silencio, estaba un poco dispersa y decidí acompañarme con música. En ese momento me percaté que tenía el gusano musical del Rondó alla turca, lo busqué y me delecté con sus cerca de tres minutos, no fue suficiente, decidí escuchar completa la Sonata para Piano N° 11, de la que forma parte, Ahí fue cuando noté que ésta dura algo más de 20 minutos.
  Después de ese descubrimiento decidí no poner el cronómetro, sino esta sonata mientras escribo. El último movimiento es el rondó alla turca, así que cuando lo escucho me doy cuenta que estoy llegando al tiempo límite, si estoy concentrada continúo sin el sobresalto que me ocasiona el timbre del cronómetro, si esa sesión me costó trabajo, la alegría del segmento me recuerda que estoy en la recta final.
  Convertí mi sesión de escritura en una especie de rutina de ballet en la que mis dedos recorren el teclado de la computadora, estoy a la mitad de un reto personal de escritura en el que cada sesión diaria de 20 minutos la represento con un pegote en un pizarrón, la idea es cumplir 21 días continuos de lapsos de escritura y a partir de este momento el tiempo lo dictará quien interprete a Mozart al piano… y el cronómetro bien desinfectadito sentará sus reales en la cocina.

2 comentarios:

M. Cole dijo...

Eres grande! Gracias por compartir el tip del cronómetro

Thelma Camacho Morfín dijo...

Gracias por tu visitar y leer mi blog. Te mando un abrazo.

Mis publicaciones.

Imágenes de México. Las historietas de El Buen Tono de Juan B. Urrutia 1909-1912. México, Instituto Mora, 2002.
ISBN 970-684-049-4
Puede comprarse en:
http://www.institutomora.edu.mx/index.php?method=textos&idarea=63
Citado en:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/346/34600502.pdf
http://etd.tcu.edu/etdfiles/available/etd-04202006-160810/unrestricted/bunker.pdf

“La historieta mirilla de la vida cotidiana en la ciudad de México”, en Reyes Aurelio, de los, (coordinador), Historia de la vida cotidiana en México, tomo V, volumen II La imagen ¿espejo de la vida?, México, El Colegio de México, 2006, pp. 49-81. ISBN 968-16-8150-9.
Puede comprarse en:
http://www.libreriasdelfondo.com/LF_Detalle.asp?ctit=003548RF&secc=
Consultar reseña en:
www.letraslibres.com/index.php?art=12078

“La cigarrera El Buen Tono (1889-1929)”, en Romero Ibarra María Eugenia, Mario Contreras y Jesús Méndez Reyes (coordinadores), Poder público y poder privado. Gobiernos, empresarios y empresas (1880-1980), México, UNAM Facultad de Economía, 2006, pp. 83-106.
ISBN 970-32-2855-0
Consultar reseña en:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/344/34401408.pdf

“Las imágenes de la Revolución en las historietas de El Buen Tono (1911-1914)” en Ronzón León José y Saúl Jerónimo Romero (coordinadores), Formatos, géneros y discursos. Memoria del segundo encuentro de historiografía, México, UAM Azcapotzalco, 2000, pp. 41-67.
ISBN: 970-654-372-4.
Fragmentos en:
http://books.google.com.mx/books?id=l4xmAAAAMAAJ&q=%22thelma+camacho+morf%C3%ADn%22&dq=%22thelma+camacho+morf%C3%ADn%22&pgis=1

Retrato hablado

Transcribo la narración que hizo uno de mis mejores amigos cuando estudiábamos la maestría en el Instituto Mora.

SEMBLANZA DE THELMA
La primera imagen que tengo de ella es contando un chiste mientras aguanta la risa. La primera impresión es menos evidente y algo contradictoria: la de alguien a quien el destino le ordenó ser desdichado pero a ese alguien simplemente no le dio gana el serlo. Se es feliz pésele a quien le pese. La segunda imagen y la segunda impresión y la tercera y la cuarta y las subsiguientes, tienen siempre algo de las primeras. Es decir, una especie de desmadre serio y profundo. Porque eso ha sido el que me estuviera albureando cuando yo le estaba exponiendo un asunto meramente académico o que al estar muy contentos tomándonos un café hiciera algunas revelaciones que yo considero trágicas o más aún, que una mañana en la que ambos íbamos llegando bastante retardados me ganara el paso hacia el salón, argumentando que tenía que llegar antes que yo, porque ella se retardaba menos que yo. Su carácter me parece firme y alegre. Está muy consciente de que su manera de ver las cosas debe ser tomada con mucho respeto a pesar de que se esté riendo. Verla discutir sobre historietas y hacernos creer que es un tema serio, es el ejemplo clásico. Asimismo la distingue una gran obsesión por capturar personas y momentos en fotografías, gracias a lo anterior sabemos que tiene una gran familia y muchos amigos. En clase es generalmente seriecita, aunque uno nunca sabe. Tiene algunas cosas en común conmigo pero de eso no voy a hablar. Sobre lo más evidente en Thelma podemos apuntar lo siguiente: tiene el pelo largo y usa lentes. Físicamente es agradable, parece muy espigada pero en realidad es muy redonda.
Axayácatl Gutiérrez (Sayo)